martes, diciembre 06, 2005

¿Educar o mal educar? Los niños y el mundo del dinero

En nuestra sociedades occidentales modernas, el uso del dinero marca nuestras pautas sociales y culturales, constituyéndose en una práctica cotidiana a edades cada vez más tempranas. Los niños desde muy pequeños participan de las practicas económicas que ven en sus padres o las personas cercanas o bien comienzan a practicarlas por si mismos desde que tienen la primera moneda para comprar dulces en el negocio de la esquina. A pesar de esto poco sabemos del proceso de aprendizaje de estas prácticas y las estrategias de enseñanza para el manejo en el sistema económico más usadas en las familias chilenas.
En una reciente investigación, encontramos que en el discurso de los padres se reconoce la importancia de educar en el uso del dinero a sus hijos, sin embargo esto no se refleja en las prácticas cotidianas que ellos llevan a cabo con ellos. El mecanismo mas usado para introducir a los niños en la alfabetización económica es la “conversación” para la transmisión de valores asociados al uso del dinero, tales como importancia del ahorro y la austeridad. Sin embargo, ejercicios reales como los juegos de simulación en el uso del dinero, analizar noticias económicas o spots publicitarios, enseñar a comprar con criterios de calidad y uso adecuado del dinero e incluso la familiarización con instrumentos cada vez más cotidianos como son las tarjetas de crédito son prácticas poco usadas incluso con los hijos adolescentes. Así, la enseñanza intencional es mas bien discursiva y alejada de los ejemplos y la vida cotidiana, lo que la distancia con la realidad.
Otro dato que llama la atención y que debe llevarnos a la reflexión, es que las actividades económicas mencionadas como típicamente realizadas con los hijos e hijas son mayoritariamente referidas al salir de compras o a “vitrinear” donde la mayoría de las veces se cede a las presiones de los niños para comprar golosinas o comida chatarra, sin mediar pautas educativas explicitas acerca de lo que es sano consumir e incluso acerca de la racionalidad de los pedidos de consumo de parte de los hijos.
Frente a este panorama, deberíamos preguntarnos ¿Estamos educando o “mal educando” a nuestros hijos para convivir en el mundo del dinero?, ahora que entramos nuevamente en la espiral enloquecida de consumo de las fiestas de fin de año, esta es una pregunta que necesariamente deberemos ser capaces de responder.

2 comentarios:

sandra dijo...

¿quien debe "educar" en este sentido además de los padres?
Si la minoría educa este tema en familia, la escuela sería la mas indicada supongo ...

Marianela Denegri Coria dijo...

Por supuesto que le compete a la escuela, sin embargo nuestros actuales planes de estudio de 12 años de enseñanza obligatoria, sólo incorporan dos unidades dedicadas a la formación económica. Una en 6º básico dedicada a la economía cotidiana, la cual además en algunas investigaciones ha mostrado que sólo es enseñada por el 18% de los profesores. La otra unidad es en 1º Medio y muy general.
Por lo tanto, hay que educar también a la escuela para que incorpore estos temas más seriamente. De lo contrario sólo estamos formando consumidores y no ciudadanos.