jueves, enero 30, 2014
jueves, abril 02, 2009
Nuestra propuesta de educación económica en la escuela: el programa Yo y la economïa
Desde el marco global de la Psicología Educacional y la Psicología Económica, el propósito de nuestro programa es empoderar a los estudiantes de educación básica para construir aprendizajes significativos a través de una conexión generativa entre los contextos de la economía familiar cotidiana y el entorno económico externo de tal forma que comprendan conceptos básicos de economía, desarrollen estrategias de razonamiento crítico y de toma de decisiones y actitudes proactivas que sirvan de sustento a conductas de emprendimiento personal y social
A través del programa de Educación Económica Yo y la Economía se integran las asignaturas de Estudio y Comprensión del Medio Social, Matemáticas y Lenguaje y Comunicación, mediante una aproximación interdisciplinaria a la enseñanza de conceptos económicos, orientada al desarrollo de conocimientos y competencias económicas vinculadas a las capacidades cognitivas de los niños. Considerando aportes de la literatura el esquema del programa se organiza en torno a la toma de decisiones en un contexto de necesidades múltiples y recursos escasos, articulando en torno a ello el abordaje de conceptos económicos críticos
A través del programa de Educación Económica Yo y la Economía se integran las asignaturas de Estudio y Comprensión del Medio Social, Matemáticas y Lenguaje y Comunicación, mediante una aproximación interdisciplinaria a la enseñanza de conceptos económicos, orientada al desarrollo de conocimientos y competencias económicas vinculadas a las capacidades cognitivas de los niños. Considerando aportes de la literatura el esquema del programa se organiza en torno a la toma de decisiones en un contexto de necesidades múltiples y recursos escasos, articulando en torno a ello el abordaje de conceptos económicos críticos
Recursos Escasos -Necesidades Múltiples- Costo de Oportunidad-Oferta y Demanda-Mercado y Productos-Funcionamiento Bancario-Costo / Beneficio-Dinero y Formas de Intercambio-Consumo, Ahorro e Ingreso -Toma de Decisiones
Cada bloque temático se desarrolla considerando la presencia de cuatro tipos de actividades pedagógicas claves.
Cada bloque temático se desarrolla considerando la presencia de cuatro tipos de actividades pedagógicas claves.
1) Experiencia: en ella los estudiantes vivencian experiencialmente problemas y simulaciones de situaciones económicas de la vida cotidiana y deben determinar como actuarían, Estas actividades se complementan con una explicitación de los objetivos que tiene cada unidad didáctica;
2) Cuestionamiento: donde el profesor cuestiona a los alumnos sobre su actuación mediante preguntas que inciten a la reflexión, aclara los conceptos vinculados a la experiencia y responde preguntas de los estudiantes. Es el momento de la Alfabetización Económica Conceptual, cuyo objetivo es que los estudiantes comprendan los conceptos vinculados a las actuaciones económicas y sean capaces de reconocer los cursos de acción más eficientes para tomar decisiones financieras.
3) Refuerzo mediante la reflexión guiada donde el profesor profundiza la reflexión y refuerza los conceptos, guía el trabajo de los alumnos atendiendo dificultades cuando es necesario, pero potencia al mismo tiempo la autonomía mediante una retroalimentación al trabajo del alumno y establece la relación entre los distintos contenidos del programa, articulando así el aporte de cada subsector. Aquí cobran importancia el uso de los medios tecnológicos y los recursos propios de la cultura cotidiana de los niños como cómics, video juegos, dibujos animados, fabulas, cuentos y análisis de programas televisivos.
4) Aplicación y ejercicio de competencias: El programa finaliza con el desarrollo de un pequeño emprendimiento colectivo que puede ser de generación de recursos monetarios o de inversión social en trabajo con la comunidad articulado en torno al concepto de escasez .
viernes, marzo 06, 2009
Feliz Dia de la Mujer
Por las noches blancas al lado del hijo enfermo,
Por el amor y también la pasión
Porque somos paz pero también mar tempestuoso
Por los días y noches para terminar el trabajo urgente
Porque siempre estamos ahí cuando ellos nos necesitan
Porque también somos capaces de dejar de amarlos
Porque somos niñas, trabajadoras, científicas y artistas
Porque la tierra es mujer y como ella damos vida
Porque somos hermanas en esta aventura de vivir
Abracémonos y celebremos, nos lo merecemos
FELIZ DIA DE LA MUJER
Con afecto Marianela Denegri
Por el amor y también la pasión
Porque somos paz pero también mar tempestuoso
Por los días y noches para terminar el trabajo urgente
Porque siempre estamos ahí cuando ellos nos necesitan
Porque también somos capaces de dejar de amarlos
Porque somos niñas, trabajadoras, científicas y artistas
Porque la tierra es mujer y como ella damos vida
Porque somos hermanas en esta aventura de vivir
Abracémonos y celebremos, nos lo merecemos
FELIZ DIA DE LA MUJER
Con afecto Marianela Denegri
lunes, mayo 12, 2008
Un modelo de desarrollo del pensamiento económico
¿Cómo llegamos a comprender el mundo económico que nos rodea?, ¿qué entienden los niños acerca de la economía y que factores influencian su comprensión? Son algunas de las preguntas que durante mucho tiempo nos han preocupado y que me llevó a partir de una serie de investigaciones, a formular el Modelo de Desarrollo del Pensamiento Económico. Este modelo señala la existencia de una secuencia evolutiva en un patrón de cambio conceptual que permite identificar la existencia de tres niveles de desarrollo en la comprensión de la economía y del dinero, los cuales avanzan desde la centración en aspectos visibles y materiales del dinero hasta su conceptualización abstracta como mecanismo fiduciario de intercambio.
El primer nivel, que hemos denominado pensamiento pre económico y económico primitivo se extiende entre los 6 a 10 años, se caracteriza por una concepción difusa, desorganizada y con marcadas dificultades para comprender el mundo económico y especialmente el concepto de ganancia. En este nivel, el niño tiende a aplicar las reglas del comportamiento social personal a los eventos económicos, por lo que los actores económicos actúan por voluntarismo y de acuerdo a preferencias personales. Además las figuras institucionales (Presidente, Alcalde, Ministros entre otros) ejercen sus funciones altruísticamente y en un rol de padres protectores.
El segundo nivel, denominado pensamiento económico subordinado (11-14 años), muestra una mayor comprensión con el desarrollo de una conceptualización económica básica que incluye la idea de ganancia y la incorporación del carácter fiduciario del dinero como medio global de intercambio, pero con una sobre adscripción de funciones de control al Gobierno que es confundido con el Estado, atribuyéndose a este la potestad para normar, dirigir e intervenir en todo tipo de eventos y decisiones económicas. Ello implica dificultades para comprender el sistema económico como tal, observándose mas bien que el individuo conceptualiza partes aisladas o algunos rudimentos de subsistemas (por ejemplo, el de producción – consumo) pero sin lograr establecer una relación sistémica y de interdependencia entre los distintos aspectos del ciclo de origen y circulación del dinero.
Finalmente, en el tercer nivel denominado pensamiento económico inferencial o independiente y que correspondería teóricamente a la adolescencia tardía y adultez, los sujetos son capaces de comprender los múltiples determinantes de los problemas y ciclos económicos, incluyendo nuevas variables y adscribiendo al Estado un rol más realista y despersonalizado, con lo que aparece sustituida la idea de causalidad lineal, propia del nivel anterior, por una conceptualización sistémica del mundo económico.
Desde esta perspectiva, un individuo alfabetizado económicamente ha desarrollado un pensamiento económico que incluye destrezas cognitivas y afectivas para comprender la complejidad de las problemáticas económicas y habilidades concretas para la vida económica cotidiana.
Sin embargo, esta descripción contrasta fuertemente con los hallazgos de nuestras investigaciones sobre el desarrollo de competencias económicas básicas en poblaciones de diversos contextos en nuestros países latinoamericanos donde se constata las serias dificultades que presentan niños, adolescentes y adultos, tanto para comprender la economía cotidiana como para actuar eficientemente en ella, lo que se agrava aún más en el caso de los sectores más pobres y aumenta dramáticamente su riesgo de exclusión. Los mismos estudios indican que factores como la escolarización, la ciudad de residencia, el género, el nivel socioeconómico y las experiencias de transmisión intergeneracional en la familia, inciden significativamente en la manera que los niños, adolescentes y adultos comprenden los fenómenos económicos.
El primer nivel, que hemos denominado pensamiento pre económico y económico primitivo se extiende entre los 6 a 10 años, se caracteriza por una concepción difusa, desorganizada y con marcadas dificultades para comprender el mundo económico y especialmente el concepto de ganancia. En este nivel, el niño tiende a aplicar las reglas del comportamiento social personal a los eventos económicos, por lo que los actores económicos actúan por voluntarismo y de acuerdo a preferencias personales. Además las figuras institucionales (Presidente, Alcalde, Ministros entre otros) ejercen sus funciones altruísticamente y en un rol de padres protectores.
El segundo nivel, denominado pensamiento económico subordinado (11-14 años), muestra una mayor comprensión con el desarrollo de una conceptualización económica básica que incluye la idea de ganancia y la incorporación del carácter fiduciario del dinero como medio global de intercambio, pero con una sobre adscripción de funciones de control al Gobierno que es confundido con el Estado, atribuyéndose a este la potestad para normar, dirigir e intervenir en todo tipo de eventos y decisiones económicas. Ello implica dificultades para comprender el sistema económico como tal, observándose mas bien que el individuo conceptualiza partes aisladas o algunos rudimentos de subsistemas (por ejemplo, el de producción – consumo) pero sin lograr establecer una relación sistémica y de interdependencia entre los distintos aspectos del ciclo de origen y circulación del dinero.
Finalmente, en el tercer nivel denominado pensamiento económico inferencial o independiente y que correspondería teóricamente a la adolescencia tardía y adultez, los sujetos son capaces de comprender los múltiples determinantes de los problemas y ciclos económicos, incluyendo nuevas variables y adscribiendo al Estado un rol más realista y despersonalizado, con lo que aparece sustituida la idea de causalidad lineal, propia del nivel anterior, por una conceptualización sistémica del mundo económico.
Desde esta perspectiva, un individuo alfabetizado económicamente ha desarrollado un pensamiento económico que incluye destrezas cognitivas y afectivas para comprender la complejidad de las problemáticas económicas y habilidades concretas para la vida económica cotidiana.
Sin embargo, esta descripción contrasta fuertemente con los hallazgos de nuestras investigaciones sobre el desarrollo de competencias económicas básicas en poblaciones de diversos contextos en nuestros países latinoamericanos donde se constata las serias dificultades que presentan niños, adolescentes y adultos, tanto para comprender la economía cotidiana como para actuar eficientemente en ella, lo que se agrava aún más en el caso de los sectores más pobres y aumenta dramáticamente su riesgo de exclusión. Los mismos estudios indican que factores como la escolarización, la ciudad de residencia, el género, el nivel socioeconómico y las experiencias de transmisión intergeneracional en la familia, inciden significativamente en la manera que los niños, adolescentes y adultos comprenden los fenómenos económicos.
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adolescentes,
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pensamiento económico
martes, enero 08, 2008
¿Qué enseñamos los padres?
En nuestras últimas investigaciones hemos encontrado que los niños especialmente del nivel socioeconómico medio presentan una menor tendencia al ahorro en comparación con los niños de otros estratos económicos.
De hecho especialmente los tweens de este estrato serían aparentemente consumidores más impulsivos lo que concuerda con nuestras investigaciones previas de las pautas de socialización económica en la clase media donde queda en evidencia que los padres de clase media no estimulan conductas concretas de ahorro aún cuando en su discurso los valores de austeridad, valor del dinero e importancia del trabajo y el esfuerzo estén siempre presentes. Ello da como resultado una incoherencia entre discurso valórico y prácticas de socialización económica las que están más bien orientadas al gasto y a la satisfacción inmediata de los deseos además de una escasa orientación hacia la planificación y administración del dinero. De hecho sólo alrededor menos del 30% de los padres de clase media entrega mesada regular y más bien tienden a darle dinero a sus niños cada vez que lo piden.
También hemos encontrado que a pesar de que los padres señalan socializar por medio de “enseñar a comprar” y “ahorrar”, dichas enseñanzas no son percibidas por los niños y más bien refuerzan los patrones de compra impulsiva, como lo expresan algunos de los niños entrevistados lo veo, lo quiero y lo compro, lo que constituye el cimiento de los futuros comportamientos económicos adultos..
De esta forma tenemos, que los padres, quienes son los principales proveedores de dinero, son también los educadores más importantes de conducta de consumo y sin embargo, sus prácticas educativas en esta área son limitadas, traduciéndose en prácticas de tipo informal y no sistemáticas .
Lo que nos preocupa, es que si tomamos en cuenta la necesidad de desarrollar las competencias para un consumo efectivo en un mercado cada vez interesado en el segmento infantil, los niños del NSE medio no estarían siendo socializados para un consumo planificado cuya base es la postergación de impulsos sino más bien hacia un consumo hedónico centrado en la inmediatez de los deseos y reforzado por los mismos padres. Cómo nos decían algunos de nuestros entrevistados: no quiero que le falten las cosas que a mí me faltaron cuando niño, por eso trabajo del día a la noche y le doy sus gustos. Probablemente también este discurso tenga en su origen la culpa de no estar con los niños y por ello el consumo sea una compensación simbólica de la presencia del padre o la madre.
Es un tema para reflexionar porque en nuestro afán que nada les falte, nos desangramos trabajando y paradójicamente los privamos de lo más importante: nuestra presencia
De hecho especialmente los tweens de este estrato serían aparentemente consumidores más impulsivos lo que concuerda con nuestras investigaciones previas de las pautas de socialización económica en la clase media donde queda en evidencia que los padres de clase media no estimulan conductas concretas de ahorro aún cuando en su discurso los valores de austeridad, valor del dinero e importancia del trabajo y el esfuerzo estén siempre presentes. Ello da como resultado una incoherencia entre discurso valórico y prácticas de socialización económica las que están más bien orientadas al gasto y a la satisfacción inmediata de los deseos además de una escasa orientación hacia la planificación y administración del dinero. De hecho sólo alrededor menos del 30% de los padres de clase media entrega mesada regular y más bien tienden a darle dinero a sus niños cada vez que lo piden.
También hemos encontrado que a pesar de que los padres señalan socializar por medio de “enseñar a comprar” y “ahorrar”, dichas enseñanzas no son percibidas por los niños y más bien refuerzan los patrones de compra impulsiva, como lo expresan algunos de los niños entrevistados lo veo, lo quiero y lo compro, lo que constituye el cimiento de los futuros comportamientos económicos adultos..
De esta forma tenemos, que los padres, quienes son los principales proveedores de dinero, son también los educadores más importantes de conducta de consumo y sin embargo, sus prácticas educativas en esta área son limitadas, traduciéndose en prácticas de tipo informal y no sistemáticas .
Lo que nos preocupa, es que si tomamos en cuenta la necesidad de desarrollar las competencias para un consumo efectivo en un mercado cada vez interesado en el segmento infantil, los niños del NSE medio no estarían siendo socializados para un consumo planificado cuya base es la postergación de impulsos sino más bien hacia un consumo hedónico centrado en la inmediatez de los deseos y reforzado por los mismos padres. Cómo nos decían algunos de nuestros entrevistados: no quiero que le falten las cosas que a mí me faltaron cuando niño, por eso trabajo del día a la noche y le doy sus gustos. Probablemente también este discurso tenga en su origen la culpa de no estar con los niños y por ello el consumo sea una compensación simbólica de la presencia del padre o la madre.
Es un tema para reflexionar porque en nuestro afán que nada les falte, nos desangramos trabajando y paradójicamente los privamos de lo más importante: nuestra presencia
domingo, diciembre 23, 2007
Invitación para la Noche Buena
Ya es Navidad, ha pasado tan rápido el tiempo entre carreras para comprar regalos, angustias porque el presupuesto no alcanzaba, los niños que han pedido todo lo que salía en la televisión, hemos corrido tanto que entre el tumulto nos olvidamos de lo único realmente importante de esta noche, su único sentido y significado: Nos va a nacer un niño, un niño de una madre adolescente que nacerá en un pobre pesebre, un pequeño niño que tiene un poder que ni el más poderoso de los hombres puede alcanzar, él puede cambiarnos de adentro, si se lo permitimos puede llevarnos hacia el niño que fuimos ayer, puede ayudarnos también a volver a renacer.
Quisiera para la noche buena, proponerles un viaje y una aventura, la aventura de recobrar a ese niño que todos llevamos dentro y volver a inundarnos con su alegría, su enorme energía y sobre todo con su esperanza. Volver a sentir con la fuerza de los niños y volver a mirar el mundo con ojos maravillados y curiosos, esa curiosidad y esa capacidad de asombro que hemos ido sepultando en el intento de parecer adultos y serios.
Quisiera que esta noche buena nos traiga ese regalo, volver a recuperar la esperanza, volver a creer que mañana será mejor y luchar porque lo sea, volver a recuperar el verdadero sentido de esta noche, porque nosotros hemos permitido que esta noche mágica se nos transforme en un torbellino, en una parodia de la felicidad en la cual tratamos de llenar con la compra de regalos cada vez más caros un vacío que sólo nuestro amor y nuestra capacidad de entrega pueden colmar, pero esta puede ser la noche del reencuentro con nuestros sueños olvidados, la noche en que nos acerquemos a los que nos aman y les demos aquello que nunca se podrá comprar en una tienda, nuestro cariño, nuestra compañía, un regalo de tiempo para conversar y escuchar, un paquete de paciencia ante sus errores y los nuestros y una petición de perdón por lo que no hicimos, por los olvidos y las omisiones.Si logramos que se produzca ese pequeño milagro, todo podría cambiar, tal vez podríamos lograr que la Navidad sea eterna y viva en nosotros ¿por qué no intentarlo?...esa es la invitación y es también el regalo que nos trae ese niñito pobre que nacerá en Belén
Quisiera para la noche buena, proponerles un viaje y una aventura, la aventura de recobrar a ese niño que todos llevamos dentro y volver a inundarnos con su alegría, su enorme energía y sobre todo con su esperanza. Volver a sentir con la fuerza de los niños y volver a mirar el mundo con ojos maravillados y curiosos, esa curiosidad y esa capacidad de asombro que hemos ido sepultando en el intento de parecer adultos y serios.
Quisiera que esta noche buena nos traiga ese regalo, volver a recuperar la esperanza, volver a creer que mañana será mejor y luchar porque lo sea, volver a recuperar el verdadero sentido de esta noche, porque nosotros hemos permitido que esta noche mágica se nos transforme en un torbellino, en una parodia de la felicidad en la cual tratamos de llenar con la compra de regalos cada vez más caros un vacío que sólo nuestro amor y nuestra capacidad de entrega pueden colmar, pero esta puede ser la noche del reencuentro con nuestros sueños olvidados, la noche en que nos acerquemos a los que nos aman y les demos aquello que nunca se podrá comprar en una tienda, nuestro cariño, nuestra compañía, un regalo de tiempo para conversar y escuchar, un paquete de paciencia ante sus errores y los nuestros y una petición de perdón por lo que no hicimos, por los olvidos y las omisiones.Si logramos que se produzca ese pequeño milagro, todo podría cambiar, tal vez podríamos lograr que la Navidad sea eterna y viva en nosotros ¿por qué no intentarlo?...esa es la invitación y es también el regalo que nos trae ese niñito pobre que nacerá en Belén
viernes, noviembre 23, 2007
Educar para el consumo inteligente
Estamos cada vez más cerca de las fiestas de fin de año y la publicidad empieza a bombardearnos para que demostremos nuestro cariño comprando y comprando, creo que es un buen momento para que reflexionemos sobre lo que estamos enseñando a nuestros niños
Lo que hacemos, nuestros comportamientos cotidianos, nuestros valores y comentarios tienen una profunda influencia en nuestros hijos y es justamente en el seno de su propia familia donde niños y jóvenes pueden aprender a desarrollar hábitos de consumo sanos o por el contrario debatirse en la esclavitud del consumismo. Una familia que comenta con sus hijos las posibilidades económicas, que planifica en conjunto los gastos sin ocultar si existen dificultades monetarias y que estimula un uso racional de los recursos con respeto al medioambiente es una familia que está educando para el consumo. Por el contrario, si estamos constantemente preocupados de comprar para no ser menos que nuestros amigos, desechamos ropa apenas usada porque “no está de moda” o celebramos el cumpleaños en una conocida multinacional de comida basura porque "así lo hacen todos”, estaremos llevando a nuestros hijos a las redes del consumismo insertándolos en la enfermiza cultura de “usar y tirar” que nos lleva a comprar neuróticamente objetos que luego desechamos rápidamente para seguir comprando como en una cadena sin fin.
La austeridad es un valor importante y necesario de desarrollar en nuestra vida familiar y no tiene que asimilarse a tacañería, por el contrario, una vida austera nos permite gozar de las cosas sencillas que frecuentemente son ahogadas por la necesidad neurótica de consumir.
La educación para el consumo es también una educación para la libertad porque contribuye a formar personas más felices porque son capaces de controlar su propia vida. Ayudar a nuestros hijos a mirar críticamente el fenómeno del consumo, llevarlos a la reflexión sobre las verdaderas necesidades y valores de la vida apoyándolos para desmontar los paraísos artificiales de falsas promesas de la publicidad constituye un deber ineludible de los padres y uno de las mejores formas en que podemos mostrar nuestro cariño.
Lo que hacemos, nuestros comportamientos cotidianos, nuestros valores y comentarios tienen una profunda influencia en nuestros hijos y es justamente en el seno de su propia familia donde niños y jóvenes pueden aprender a desarrollar hábitos de consumo sanos o por el contrario debatirse en la esclavitud del consumismo. Una familia que comenta con sus hijos las posibilidades económicas, que planifica en conjunto los gastos sin ocultar si existen dificultades monetarias y que estimula un uso racional de los recursos con respeto al medioambiente es una familia que está educando para el consumo. Por el contrario, si estamos constantemente preocupados de comprar para no ser menos que nuestros amigos, desechamos ropa apenas usada porque “no está de moda” o celebramos el cumpleaños en una conocida multinacional de comida basura porque "así lo hacen todos”, estaremos llevando a nuestros hijos a las redes del consumismo insertándolos en la enfermiza cultura de “usar y tirar” que nos lleva a comprar neuróticamente objetos que luego desechamos rápidamente para seguir comprando como en una cadena sin fin.
La austeridad es un valor importante y necesario de desarrollar en nuestra vida familiar y no tiene que asimilarse a tacañería, por el contrario, una vida austera nos permite gozar de las cosas sencillas que frecuentemente son ahogadas por la necesidad neurótica de consumir.
La educación para el consumo es también una educación para la libertad porque contribuye a formar personas más felices porque son capaces de controlar su propia vida. Ayudar a nuestros hijos a mirar críticamente el fenómeno del consumo, llevarlos a la reflexión sobre las verdaderas necesidades y valores de la vida apoyándolos para desmontar los paraísos artificiales de falsas promesas de la publicidad constituye un deber ineludible de los padres y uno de las mejores formas en que podemos mostrar nuestro cariño.
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