lunes, septiembre 03, 2007

Patrones de consumo y endeudamiento en la juventud universitaria: un misterio por develar

La globalización ha cambiado las dinámicas de relaciones al interior de la sociedad chilena y le ha dado un poder inusitado a ciertas instituciones, dentro de las cuales destaca de manera particular, el consumo. Como señala el informe de Desarrollo Humano en Chile correspondiente al año 2002, para muchos chilenos, el consumo tiene un significado similar al que antes tenía el trabajo y con ello constituye la cristalización física de la identidad individual, al mismo tiempo que un anclaje material al vínculo social . Ello ha implicado un desplazamiento desde la construcción de identidad como ciudadano a la de consumidor, con lo que las transacciones sociales y los espacios de convivencia se han trasladado territorialmente desde las plazas públicas a los malls donde los intercambios son regulados por la lógica del mercado A su vez se han producido profundos cambios en los valores de la sociedad, la que ha cambiado desde una concepción de austeridad que era altamente valorada a la búsqueda del hedonismo y la satisfacción inmediata de los deseos. Con ello se ha flexibilizado el concepto y actitud hacia la deuda lo que ha permitido mayor desarrollo económico (mayor consumo) pero al mismo tiempo ha aumentado el riego de las operaciones financieras especialmente en las poblaciones más vulnerables como son los sectores de menores ingresos y también los jóvenes . En ellos, el acceso al consumo se transforma también en un acceso a símbolos y signos que favorecen la autorrealización y también sirven para incorporarse en una comunidad de iguales.
Sin embargo, el ejercicio responsable del consumo requiere del desarrollo de destrezas y actitudes que permitan regular la conducta personal y familiar hacia un uso racional de recursos económicos escasos y orienta a la necesidad de desarrollar una “alfabetización económica” que proporcione a las personas las herramientas para entender su mundo económico, interpretar los eventos que pueden afectarlos directa o indirectamente y mejorar las competencias para tomar decisiones personales y sociales sobre la multitud de problemas económicos que se encuentran en la vida cotidiana . De esta forma, las capacidades de manejar adecuadamente las finanzas y comprender el funcionamiento de la economía así como desarrollar actitudes y hábitos de consumo responsables, constituyen competencias esenciales importantes para todos los miembros de la sociedad, incluyendo a los estudiantes universitarios. De hecho, algunos estudios señalan que existe una relación estrecha entre la capacidad de gerenciamiento financiero de un estudiante y el éxito académico traducido en retención y término de los estudios en los plazos previstos.
En Chile, resultados recientes indican que un 33,18% de los jóvenes de 15 a 29 años se encuentra endeudado, de los cuales un 26,72% se encuentra actualmente estudiando, sin embargo no se establece en que nivel educativo se encuentran. Otro dato llamativo es que la obtención de un instrumento financiero es determinante para adquirir una deuda, siendo la media de endeudamiento de $884.657, con un importante porcentaje en mora (INJUV, 2007).
Sin embargo, los Campus de nuestras universidades se han convertido en el lugar perfecto para localizar y ofrecer los más variados instrumentos de crédito (tarjetas bancarias, tarjetas comerciales y cuentas corrientes con línea de crédito) mientras se observa una absoluta ausencia de esfuerzos educativos hacia la alfabetización económica y financiera que permitan a los jóvenes hacer un uso responsable del crédito, con lo que se impacta negativamente en su futura inserción como profesionales, desarrollo de su proyecto de vida y además en sus posibilidades de responder efectivamente a los compromisos financieros propios del desarrollo de su formación, como es el caso de la devolución del crédito universitario.